Long live Van Halen

Pocas figuras pueden ser consideradas pioneros reales en su área. Músicos, escritores, cineastas, científicos, incluso la mayoría de las figuras brillantes en sus área solo lograron hacer su trabajo de forma impecable. Eddie Van Halen no es uno de ellos. Eddie cambió la manera en que pensamos en la guitarra eléctrica y la velocidad con la que se tocaba.

Los nombres que pueden presumir de haber cambiado la manera de traducir el instrumento cómo lo hizo Van Halen caben en una mano. Les Paul, Chuck Berry, Eric Clapton, Jimmy Hendrix y Jimmy Page son de los pocos que vienen a la cabeza. Figuras que podían inventar y experimentar sobre las cuerdas y, aun así, ninguno tenía la velocidad pura de Eddie. Solo hay que oírlo en canciones como Atomic Punk, Hot For Teacher, Panamá o la legendaria pieza instrumental Eruption.

Su principal herramienta fue el tapeo. Una manera de tocar que consiste en golpear las cuerdas de la guitarra para que al levantarse generen un sonido particular, esoo le permitía tocar más notas por segundo que sus contemporáneos, y sumado a los pedales le permitirá crear sonidos únicos. A esto debemos sumarle una capacidad sin igual cómo compositor que supo traducir la ferocidad del metal en ganchos dignos de una banda de pop.

Pero no solo es la guitarra, la etapa más pop de Van Halen también está llena de grandes canciones. Fuese en Jump con David Lee Roth a cargo de las voces o la emotiva Right Here Right Now con Sammy Hagar, el músico mostró que era además uno de los tecladistas más infravalorados de todos los tiempos. La forma en que supo construir temas de top 40 sin renunciar al sonido más feroz del grupo es irrepetible.

No habrá otro Van Halen. La verdad es que el fallecimiento del guitarrista es de esas noticias que te recuerda que las dos generaciones clave del rock, la de los 60 y los 70, se nos están yendo. Sentiremos su ausencia.