Jesus Is King - La confusa plegaria de Kanye West
- Ernesto Rodriguez
- 20 ago 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 ago 2020

Hoy parece bastante lejano, pero la aparición de Kanye West en el mundo del pop con “Jesus Walks” en 2004 fue un balde de agua fresca para el mundo del hip hop. Kanye no solo cruzó por primera vez el lenguaje del rap y el de la religión sino que la producción es aún hoy una de las más impresionantes del músico.
Por tanto, la aparición de un disco religioso que combina los sonidos de gospel y el rap no es raro viniendo de él. Lo malo es que ‘Jesus Is King’ viene de un artista y una persona muy diferente a la que tomó por sorpresa al rap a principios de los 2000. A estas alturas West es una máquina de ego e incluso cuando intenta ponerse de rodillas ante un ser superior no deja de notarse.
‘Jesus Is King’ tiene momentos preciosos. “Water” y “God Is” quizás sean los más evidentes. Son los sitios donde la fe del artista brilla sobre los problemas líricos y las extrañas decisiones de producción del disco. Por un lado, lleno de canciones que no terminan de arrancar antes de terminar cómo “Follow God” o “Everything We Need”, piezas un tanto aburridas como “Use This Gospel” o “Selah” y la francamente tonta “Closed On A Sunday” (donde la letra no lo deja muy claro pero Kanye parece comparar a Dios con Chick-Fil-A).
Esta es una mezcla de ideas inconclusas que parecen querer darle forma a la fe recién recuperada por el artista en 2019. Pero como disco suena mejor como un spin-off de su serie de conciertos ‘Sunday Service’, de hecho el coro de gospel de esos conciertos abre este disco, pero con un poco menos de 30 minutos el disco parece necesitar el espacio para respirar.
A diferencia de otros discos de Kanye de esa última década, en particular ‘Life Of Pablo’ (2016) y ‘Ye’ (2018), las ideas inconclusas no permiten acercarse a la mente del músico. Más allá de repetir que Dios es grande, y notese mi catolicismo, no hay reflexiones reales sobre la fe o sobre lo que está a sumado en su vida. No hay comentarios sobre ideas expresadas en sus redes como su posición anti aborto o su llamamiento a tener sexo solo con objetivos reproductivos. Ambas posiciones serían profundamente controversiales en un disco, de hecho lo han sido en sus redes, pero no ponerlas en el disco lo hace sentir un tanto cobarde.
Al final el lanzamiento es una pieza más en el rompecabezas del artista, pero cuando se pone al lado de sus grandes logros no deja de ser decepcionante. La figura de West sigue siendo importante en el mundo del pop, pero este disco no es un buen ejemplo de porqué.
6/10
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