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IDLES reinventa el punk a su imagen en 'Ultra Mono'

  • Foto del escritor: Ernesto Rodriguez
    Ernesto Rodriguez
  • 29 sept 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 29 sept 2020



La banda de Bristol se rebela contra el 2020 en su más reciente disco.


El punk es un género difícil de explicar. Para quien no lo ha escuchado, puede ser difícil de entender lo que puede salir de 2 o 3 acordes sumados a la necesidad de expresarse, pero hay algunos discos que son ejemplos perfectos. Puede ser el debut de los Sex Pistols, ‘Never Mind The Bollocks, Here’s The Sex Pistols’, pueden ser trabajos más pop como el ‘Dookie’ de Green Day o bien el disco de 2018 de Idles, ‘Joy As An Act Of Resistance’.


Ahora en 2020, donde parece que necesitamos la idea de rebelión más que nunca, la banda de Bristol vuelve a la carga con su poderosa secuela: ‘Ultra Mono’. Pero, a diferencia del optimismo que el grupo mantenía en su último disco, aquí la banda parece apuntar con antorcha y guitarras en mano contra el orden establecido.


El lanzamiento es un disco de punk puro y duro. Aunque toma elementos del noise rock y del rock industrial, la banda se aleja muy poco del sonido que los define, muestra pinceladas explosivas de distorsión que se apoyan en la sección rítmica para quedar marcadas en tu cabeza por varios días. Líricamente, el disco está lleno de reflexiones políticas y sociales, ya sea la crítica al gasto armamentístico de occidente en “Reings” o el ataque a la seguridad social del gobierno de Boris Johnson de “Carcinogenic” y, por supuesto, a los fake news de Donald Trump en “Model Village”.


Pero no todo son críticas tan directas, también están los himnos punk más generales como “Mr. Motivator” o “Kill Them With Kindness” y temas que exploran ideas más personales entre ellos “Ne touche pas moi”, la cual recluta a la cantante francesa Jenny Beth para hablar de la necesidad de consentimiento en el sexo y “A Hymn”, una balada post punk que bien, podría aparecer en un disco de Joy Division, habla de esa parte de nuestro cerebro que trabaja contra nosotros.


Pero visto como un todo, el disco termina siendo muy poderoso. Al juntar la colección de canciones se convierte en la metáfora perfecta de lo complicado que puede ser rebelarse contra el poder cuando el mundo se siente tan opresivo como en la actualidad. Mientras la ultraderecha consigue cada vez más espacios en la política, la pandemia hace de la vida un proceso más aburrido y un comentario en Twitter mal calculado puede cancelarte, Joe Talbot y compañía levantan el puño rockero al aire y se muestra dispuesto a incendiarlo todo si es necesario.


Sin embargo, no todo es perfecto. Este es un disco de punk bastante directo, y por tanto con poca variedad en sus sonidos. Si no te gusta el género este no es el trabajo que te convencerá, y si ‘Brutalism’ y ‘Joy As An Act Of Resistance’ se sintieron demasiado intensos o repetitivos para algunos, este nuevo trabajo lo es aún más. En el fondo, Idles tienen un solo truco bajo la manga pero saben usarlo extraordinariamente bien, tanto que nadie parece interesado en imitarlo.


Criticar a una banda por sonar como ellos mismos parece tonto, es más una advertencia en caso de que quieras empezar en el punk por aquí, sería mejor buscar algo más dijerible como el pop punk o un trabajo con más variedad como el ‘London Calling’ de The Clash.


De momento, Idles ha dejado uno de los discos más potentes del rock en lo que va de año. Bien planteado, producido y escrito y con canciones que consiguen ser contagiosas sin sacrificar ferocidad.


El disco de punk que necesitábamos para empezar esta década.


9/10



 
 
 

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