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Ginebras - Ya Dormire Cuando Me Muera

  • Foto del escritor: Ernesto Rodriguez
    Ernesto Rodriguez
  • 25 sept 2020
  • 2 Min. de lectura

Las Ginebras reviven la invasión británica en su debut de larga duración.



Desde un tiempo para acá hay un fenómeno llamativo en el pop alternativo español. Mientras que el mainstream en general se ha intentado adaptar al trap y hasta importar algunos de los sonidos de latinoamérica, estos grupos que están parados a un lado de la vía principal han decidido hacer canciones pegajosas con guitarras, al más puro estilo de la invasión británica.


Se ve en la reinvención indie del trap de Cupido, en la capacidad de crear temas pegajosos de Cariño e incluso en la tristeza de la ‘Tragedia Española’ de Confeti de Odio. En este contexto no es una sorpresa que un grupo de chicas hayan decidido actualizar, y españolizar, el sonido de los primeros Beatles, lo que es una sorpresa que las Ginebras lo hayan hecho tan bien en su primer intento: ‘Ya Dormiré Cuando Me Muera’.


El debut larga duración de la banda son solo 9 canciones y dura apenas 26 minutos. Pero en el proceso el grupo dibuja la Madrid que les gusta, y que es tan fácil extrañar en este año que parece alargarse un poco más todos los días. Sea la idea de salir a festejar en un bar en “Crystal Fighters”, enamorarse en el metro en “Metro de Madrid Informa” o incluso lo extraño que el exorbitante precio de la ropa usada en “Vintage”, uno de esos temas que deberían ser un mega hit en vivo si hubiese conciertos.


Pero aún con las guitarras pegadizas la banda consigue representar una especie de nostalgia feliz. “6 AM”, “Filtro Valencia” y “Campos de Fresa Para Siempre” consiguen atrapar esta emoción a la perfección, la idea de que es triste dejar algo atrás pero que es bueno haberlo vivido. La estética retro tanto de la portada como de las canciones también ayuda a crear esta emoción, es probablemente un disco que sería aún más potente en un vinilo.


Todos estos objetivos se logran en un disco que es muy fácil de escuchar. Sea por la producción impecable que consigue dar su espacio a cada instrumento al mismo tiempo que eleva las armonías vocales, o bien por lo divertido que resulta cantar estas canciones. Es complicado no terminar de escucharlo y sentirse un poco mejor que cuando empezó.


Si un problema tiene este trabajo es que es demasiado corto. Un par de las canciones podrían beneficiarse estructuralmente con una repetición más del coro y el disco no sufriría si tuviese una o dos canciones más. Aplicar la actitud de las bandas de la invasión inglesa y agregar un par de las canciones de su EP del año pasado a este disco honestamente le habría dado un poco más de potencia.


De todos modos, si la única queja que tenemos de un disco es que quisiéramos tener más canciones eso habla bastante bien del trabajo. Es un debut potente, divertido y prometedor, aunque es un poco lamentable tener que esperar a que pase esta pandemia para escucharlas en vivo y poder saltar con otros fanáticos.


8.5/10



 
 
 

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