50 años después los Beatles aún importan
- Ernesto Rodriguez
- 25 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 27 ago 2020

And in the end the love you take is equal to the love you make - The End - Lennon/McCartney
La leyenda de los Beatles es tan grande, complicada y profunda que es posible no querer escucharlos. Para muchos la banda no es más que un nombre repetido quizás por un abuelo o un padre, o ese amigo obsesionado con el rock clásico. Pero realmente es una banda cuyo impacto es complicado de medir. No solo en sus contemporáneos -hay historias de como Los Rolling Stones, The Who y los Beach Boys escribieron algunos de sus mejores temas para competir con los Fab Four- sino que su experimentación en estudio, su trabajo de armonías vocales y su necesidad artística de inyectar poesía al pop trascendieron su momento.
Pero mientras que sus otros contemporáneos siguieron tocando, de hecho The Who y Los Stones siguen haciéndolo, Los Beatles existieron como unidad por un periodo bastante corto: 10 años. Quizás eso ha ayudado a su leyenda, la existencia de la banda parece ser indicativa de los ideales, los excesos y sueños de la década de los 60, amor libre, igualdad, sexo, drogas y rock n’ roll. Es cierto que en un principio se presentaron con la imagen del niño bueno, el corte de hongo, los trajes de corbata. Pero rápidamente empezaron a aparecer otras excentricidades en su música (ya en ‘Help’ era normal que aparecieran violines o banjos en las sesiones de grabación, y aún no habían descubierto la sitara).
Pero aún pensando en eso su separación no deja de ser trágica. Todo el proceso de discusiones internas que empezó durante las grabaciones del proyecto ‘Get Back’ en 1968 (del que salieron las canciones de ‘Let It Be’ el último disco lanzado por la banda), sumado a las tensiones por el nuevo manager recomendado por John Lennon: Allen Klein, el culpable de entregar las cintas del proyecto a Phil Spector, y la presencia de Yoko Ono en el estudio, lo que era un lugar sagrado donde la banda no solía permitir figuras externas a ellos, terminó causando demasiadas tensiones. Es Paul McCartney el que en rueda de prensa, mientras anunciaba su debut como solista, reveló que la banda había dejado de existir como unidad.
Sin embargo, aún pueden aparecer algunas de sus canciones en la radio. ¿Por qué tanto tiempo después aún versionamos a los cuatro de Liverpool? ¿Por qué en este año figuras tan disímiles como Miley Cyrus y Larry Clark Jr han recurrido a su música para lidiar con nuestro apocalipsis en cámara lenta? Hay algo especial en la banda, tanto en sus canciones como en sus presentaciones en público, no es casual que sean uno de los pocos grupos musicales que consiguieron crear auténticos clásicos con sus proyectos cinematográficos, tanto ‘A Hard Day’s Night’ como ‘Yellow Submarine’ son piezas claves del cine de los 60.
Esa mezcla de arrogancia y talento puro se tradujo en el estudio. Ningún otro grupo de pop podría haberse arriesgado a poner un solo de guitarra en reversa como ellos lo hicieron en “Tomorrow Never Knows”, a probar sonidos de un circo como en “Being For The Benefit For Mr Kite”. Incluso en canciones donde sus pruebas de estudio no son tan extensas la banda dio pasos importantes en el desarrollo del rock, “Helter Skelter” es proto heavy metal años antes de Black Sabbath, y el collage sonoro del final de ‘Abbey Road’ es casi Prog si lo pensamos como una sola pieza.
John, Paul, George y Ringo fueron una combinación irrepetible. Es poco probable que la historia de la música vuelva a conseguir una combinación igual de éxito comercial, arrogancia, talento puro y creatividad en el estudio como ellos. Si lo hay es complicado que se consigan a un Brian Epstein que les permita dejar de tocar en vivo para jugar en el estudio, y aunque eso pasara no hay otro George Martin que se atreva a ver los límites del proceso de grabación cómo instrumento.
A pesar de su separación, los “Fab Four” siguen inspirando. 50 años después hay algún chico escuchando “I Wanna Hold Your Hand” o “Happines It’s A Warm Gun” o cualquier otra obra clave y decidiendo componer una canción, eso ya alcanza.
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