¡Más Mozart por favor!
- Santiago Martínez
- 14 ago 2020
- 3 Min. de lectura
¿Cuántas veces en tu vida te han dicho que la música clásica es buena para los bebés? Incluso, se podría decir que el hecho de que la música clásica es buena para estudiar, o que nos hace más inteligentes es parte de la cultura general. Este fenómeno es conocido como el efecto Mozart, y es una teoría relativamente joven con menos de 30 años desde su creación. Pero, como todo en esta vida, hay partes reales y falsas en esta historia. Hoy hablaremos de ambas y llegaremos a una conclusión definitiva que nos aclare si escuchar música del niño prodigio de Viena realmente nos hace más inteligentes.
Todo comienza en 1993 con un estudio de la psicóloga Frances Rauscher de la universidad de California titulado “Music and spatial task performance”, en el cual, se realiza un interesante experimento donde 36 alumnos presentan la porción de razonamiento espacial del examen de coeficiente intelectual o IQ luego de escuchar previamente 10 minutos de “instrucciones verbales relajantes”, la sonata para dos pianos en D Mayor de Mozart, o completo silencio.

Los resultados concluyeron que el grupo que presentó el examen escuchando Mozart había superado en entre 8 y 9 puntos a los otros dos equipos, mientras que el grupo de las instrucciones relajantes se posicionó en segundo lugar. También se especifica que el efecto de la música es temporal, durando aproximadamente 15 minutos.
Al ver estos resultados es fácil creer que si, efectivamente la música de Mozart nos hace más inteligentes, y eso fue lo que pensó el mercado de la música de los noventa al enterarse de este fascinante estudio, en el cual nunca se llega a esta conclusión de forma puntual. Los resultados de Rauscher especifican que el uso de la música de Mozart mejora la capacidad de concentración de los alumnos, y, aunque los resultados de los que escucharon música clásica fueron mejores, este experimento no se realizó con las otras secciones del examen de IQ. Es gracias al mercadeo de la industria de la música estadounidense y al popular libro de Don Campbell “The Mozart Effect: Tapping the Power of Music to Heal the Body, Strengthen the Mind, and Unlock the Creative Spirit” publicado en 1997, que se populariza esta idea del “super poder” de la música clásica en las personas, particularmente los niños menores a 5 años. Vale acotar que en el estudio original de Rauscher nunca se hace referencia del efecto Mozart en los niños.
Lo que sí es cierto es lo siguiente:

la música estimula todas las regiones del cerebro
mejora la memoria, concentración y atención
la música instrumental ayuda a mantener mejor la concentración
los sonidos atmosféricos, como la lluvia o el zumbido de una cafetería llena de clientes, son mejor para la concentración que el silencio absoluto
actualmente está comprobado que la música estimula el desarrollo cognitivo y social de los bebés y niños
Para explicarte esto tendremos que entrar levemente en el tema de la anatomía neuronal. En esta, existen dos áreas llamadas Broca y Wernicke las cuales se encargan de la creación y comprensión del lenguaje, respectivamente.

Son una parte esencial en el proceso de subvocalización, mejor conocido como nuestra voz interna; esa pequeña voz que escuchamos en nuestra mente cuando leemos en silencio, pensamos o hacemos cálculos matemáticos. La música instrumental, es decir, sin un cantante, al igual que los sonidos ambientales, ayudan a la Broca y Wernicke a mantener la concentración de nuestra voz interna. Mientras que el silencio absoluto, aunque también ayuda, puede ser roto con mayor facilidad, y con él nuestra atención.
Con respecto a las canciones con voces o cantantes, sin duda por ser música estimulan el cerebro ayudando con ciertas actividades intelectuales, sociales y de concentración. Pero es innegable que estudiar con Green Day a todo volumen no es exactamente el mejor plan de estudio.
En conclusión, el efecto Mozart podría llamarse el efecto instrumental o si se hubiese descubierto recientemente capaz sería el efecto chillout. Lo que es cierto, es que toda la música es buena para el desarrollo personal e intelectual de los niños y adultos, es excelente para estudiar ya que nos ayuda con la memoria y la atención, y que ciertos tipos de canciones funcionan mejor que otras para esto.
Ahora...nunca es un mal momento para recomendarles que escuchen música clásica. No les dará superpoderes, pero sin duda los hará sentirse mejor y más enfocados.
Comments