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¿Le tienes miedo a la música?

  • Foto del escritor: Santiago Martínez
    Santiago Martínez
  • 31 jul 2020
  • 4 Min. de lectura

Para muchos de nosotros la música es un escape, una forma de relajarnos o de conectar con otros. Sorprendentemente, existen personas que simplemente le tienen pánico a la música. Hoy hablaremos de la melofobia, el miedo irracional a la música y ciertas melodías.

Piénsalo, escapar de la música en nuestra sociedad actual es casi imposible. Desde los supermercados y centros comerciales, hasta al transporte público. Esta característica de nuestro estilo de vida no tiene nada de malo, pero ¿te imaginas sentir ansiedad o incluso terror al escuchar una canción? Puede ser un móvil recibiendo una llamada, un comercial que escuchaste al pasar por una tienda de TVs, o ¡todos los vídeos de YouTube!

Aunque suene casi imposible, la melofobia es un trastorno real que debe ser tomado en serio y tratado con profesionales.

¿Qué es la melofobia exactamente? Pues como otras fobias, es el miedo o pánico irracional hacia algo, pero, a diferencia de otros miedos más comunes como a las alturas o los animales, este tiene la particularidad de que no proviene de la predisposición biológica al peligro, es decir, no nace del instinto de supervivencia que tenemos las personas el cual nos aleja y protege de cosas que puedan hacernos daño.

Numerosos estudios, publicaciones y profesionales de la psicología categorizan a la melofobia como un trastorno neurofisiológico, esto quiere decir que puede causar síntomas físicos como: taquicardia, hiperventilación, sudor frío, dolores en el pecho y ansiedad extrema. Pero también nos puede traer problemas psicológicos como sensación de irrealidad y el miedo injustificado a perder la vida.


Las causas de esta fobia pueden variar, pero se dividen en dos principales posibilidades:

  1. experiencias traumáticas o dolorosas en donde la música ha estado presente; como por ejemplo un accidente de coche, o haberse enterado de la pérdida de un ser querido mientras se escuchaba música.

  2. Una enfermedad o condición médica relacionada con la audición. En este caso la melofobia es una consecuencia de algo que ya te estaba afectando físicamente, y en vez de provenir de un trauma, está relacionada con el dolor o incomodidad que le pueden causar los sonidos a personas con estas características.


De estas dos razones, la segunda es la más común. En donde personas que sufren de tinnitus agudo (zumbido o timbre en los oídos que no desaparece) y de hiperacusia (sensibilidad extrema a los sonidos), son las más afectadas por la melofobia en todo el mundo.

Estas enfermedades o condiciones médicas ocurren cuando una persona se expone a sonidos muy fuertes muy seguido o a explosiones sonoras que dañan los tímpanos y el oído interno; como podría ocurrir en un concierto con el volumen excesivamente alto. Un par de ejemplos reales de este estilo de melofobia lo obtenemos gracias a una interesante entrevista que le hizo la revista VICE a la Dra. Marsha Johnson, audióloga y directora de la clínica de tratamiento de tinnitus y la hiperacusia en Oregon, USA con más de 13 años de experiencia en el tratamiento personas que sufren de esta fobia.

En la entrevista, la doctora nos cuenta la historia de dos de sus últimos pacientes. El primero, un baterista que sufrió una ligera pérdida de la audición a causa de su trabajo, esto lo llevo a proteger sus oídos de sonidos fuertes, pero también lo condujo a evitar lugares concurridos, empezó a usar tapones para los oídos constantemente, dejo de ir a fiestas y celebraciones; su miedo a perder la audición lo llevó a crear una actitud sobreprotectora hacia sus oídos que finalmente cambió su estilo y calidad de vida, convirtiéndose en melofobia. De segundo, comenta la triste anécdota de una estudiante universitaria de canto que desarrolló artritis severa. La enfermedad le fue limitando poco a poco su capacidad de caminar hasta que finalmente se vio obligada a abandonar sus estudios y el sueño de ser una cantante profesional. A raíz de esto, la chica se excluyó de la sociedad ya que el simple hecho de escuchar música o a otras personas hablar le traía recuerdos dolorosos de sus estudios y metas abandonadas en el camino a causa de su artritis. Con estos dos ejemplos podemos ver como la melofobia puede aparecer por razones físicas y psicológicas.


Por suerte, al igual que otros trastornos de este estilo, la melofobia puede ser tratada para que las personas superen sus miedos y retomen un estilo de vida más saludable. Las maneras más comunes de tratarla son la terapia de exposición, en donde el paciente se enfrenta gradualmente a su miedo junto a un psicólogo para ayudarlo a controlar la ansiedad y retomar las riendas de su condición; y a través de la reestructuración cognitiva, que es una forma científica de decir: hablar con un especialista que te ayude a separar los malos pensamientos que se tienen hacia la música, aceptar que el miedo hacia ella es irracional y ver su verdadero valor para una vida sana. Todo esto se logra mediante conversaciones y reflexiones.


Curiosamente, los primeros indicios de la melofobia se pueden encontrar en sociedades antiguas, las cuales utilizaban sonidos y melodías específicas, como el sonar de las campanas de la iglesia para alertar de un peligro inminente. Vemos entonces que este miedo irracional se conecta directamente con el estrés postraumático, como lo presentan los exsoldados que se alteran al escuchar sonidos fuertes que les recuerden a explosiones o disparos.

Así que ya lo sabes: el miedo a la música, aunque poco común, es muy real. Agradezcamos que no es nuestro caso y disfrutemos conscientemente de nuestras canciones favoritas.


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