El día que se empezó a vender la música
- Santiago Martínez
- 8 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 11 ago 2020
Con el paso de los años algunas cosas en nuestras vidas se vuelven tan obvias y comunes que nos cuesta imaginar un mundo antes de ellas. Un mundo sin teléfonos inteligentes, sin internet. Pero ahora quiero que te imagines un mundo sin música. Obviamente puede sonar algo exagerado, ya que la música es una forma expresión artística humana que se remonta a las civilizaciones y sociedades más antiguas de nuestra historia. Pero no siempre fue un bien, es decir, no siempre fue algo que se podía comprar o vender. La música, como muchos otros medios de expresión artística, comenzó como una forma de contar historias, de pasar el tiempo frente al fuego, era simplemente una manera de conectar con otros y de plasmar ideas en el tiempo. ¿En que momento cambio esto? ¿cuando se vendió la primera canción?

A diferencia de otras cosas que compramos las personas, la música no tiene una forma física perse, es meramente sonido. Así que el secreto para poder venderla recae en almacenarla en alguna forma que nos permita guardarla, catalogarla, distribuirla y reproducirla. La primera forma de almacenar y vender música con estas características aparece con la invención de la música escrita o partituras impresas, alrededor de 1473. Una vez que esto ocurre, todo cambia. Ya no era necesario ir a la plaza del pueblo o a la taberna para escuchar a tus músicos de calle preferidos, esperando que cantaran tu tonada favorita a cambio de unas monedas; tampoco era necesario asistir a elegantes óperas o espectáculos de sinfónicas. Por primera vez era posible tocar música previamente creada, siempre y cuanto supieras tocar y tuvieses el instrumento necesario. Es aquí cuando aparece la figura del autor o compositor, dado que se vuelve posible firmar trabajos musicales para venderlos y, también, cobrar una forma antigua de derechos de autor.

Casi cuatro siglos más tarde, en 1877, Thomas Edison inventa el fonógrafo. Primera máquina capaz de reproducir sonidos utilizando cilindros de cera, en los cuales se grababa el sonido gracias una técnica de aguja parecida a la que vemos en los discos de vinil. La invención de Edison dominó el mercado por unos años, donde los cilindros de cera ofrecían por primera vez una forma cómoda de escuchar música sin la necesidad de salir de casa ni saber tocar un instrumento. Pero en 1888 el inventor alemán-estadounidense Emile Berliner patenta el gramófono; competencia directa del fonógrafo de Edison, el cual pierde la batalla ante el revolucionario invento de los discos planos de vinil en donde se almacenaba la música de los gramófonos, ofreciendo más espacio para la música y una considerable mejora en la calidad del sonido.
En 1901, el ingeniero Eldridge R. Johnson, con la participación de Emile Berliner, funda “Victor Talking Machine Company” la primera disquera musical y manufacturera de discos de vinil y gramófonos de Estados Unidos, la cual unos años después, en 1929, es comprada por la Radio Corporation of America, hoy conocida como el popular sello discográfico RCA que actualmente pertenece a Universal Music group. Y como dicen por ahí...lo demás es historia. Desde la invención del casete, el CD y el MP3, hasta las plataformas de streaming que utilizamos hoy en día.
La industria musical está constantemente cambiando y buscando nuevas formas de mejorar la manera en la que consumimos música. Se me hace divertido pensar que uno de los motores económicos más importantes del entretenimiento moderno, siglos atrás, podía ser representado por un humilde músico, con su guitarra, en la mitad de una calle llena de gente. Y, aunque los formatos y equipo que usamos para disfrutar de nuestras canciones favoritas sin duda seguirán cambiando con el paso del tiempo, la figura del músico de plaza aún presente en nuestra sociedad moderna, en mi opinión, representa la forma más pura de distribución musical. Convirtiéndolos en los originales vendedores de música.
Comments